La dislexia es la discapacidad del aprendizaje más
frecuente y estudiada con más profundidad y afecta al menos al 80% de los niños
en los que se han detectado discapacidades del aprendizaje.
Cuando se les pide que lean en
voz alta, la mayoría de los niños y adultos con dislexia utiliza un método muy
laborioso para descodificar y reconocer palabras sencillas, que se caracteriza
por vacilaciones, pronunciaciones equivocadas e intentos repetidos de
pronunciar palabras que no les resultan familiares. En contraste con las
dificultades que experimentan para descodificar palabras sencillas, los
individuos con dislexia generalmente tienen el vocabulario, la sintaxis y otras
habilidades de orden superior que intervienen en la comprensión
¿A quien le puede afectar? De donde
proviene la dislexia?
Existen numerosas teorías que tratan de explicar la
etiología de la dislexia, como las que implican al déficit en el procesamiento
temporal de estímulos auditivos y visuales y las que postulan la existencia de
trastornos específicos del lenguaje. La última teoría propone que en un nivel
cognitivo-lingüístico, la dislexia refleja diversos déficit en un componente
específico del sistema del lenguaje, el módulo fonológico, que participa en el
procesamiento de los sonidos del discurso. Según predice este modelo, los
individuos disléxicos tienen dificultades para desarrollar una conciencia de
que las palabras, tanto habladas como escritas, se pueden dividir en unidades elementales
más pequeñas de sonido (fonemas), una habilidad esencial, ya que la
lectura de un lenguaje alfabético (como el inglés) requiere que el lector
relacione los símbolos impresos con el sonido. Entre las habilidades
lingüísticas relacionadas con aprender a leer figura la fonología, siendo el
déficit de conciencia fonológica un factor predictivo sólido de padecer
dislexia. La dislexia presenta una naturaleza familiar y hereditaria. Los
antecedentes familiares son uno de los factores de riesgo más importantes;
cerca de la mitad de los niños con un progenitor con dislexia, así como la
mitad de los hermanos de disléxicos y la mitad de los progenitores de
disléxicos padecen el trastorno. Los estudios de ligamiento replicado de la
dislexia han detectado locus en los cromosomas 1, 2, 3, 6, 15 y 18 relacionados
con la transmisión de déficit de conciencia fonológica y los consiguientes
problemas de lectura. El gen DCDC2, que puede participar en la
migración cortical neuronal, es un posible factor de susceptibilidad genética a
la dislexia. La dislexia es más frecuente en varones.
Epidemiologia
La dislexia encaja en un
modelo dimensional en el que la capacidad y la discapacidad de la lectura
surgen a lo largo de un espectro continuo, representando la dislexia el extremo
inferior de una distribución normal de la capacidad para leer. Tanto los
estudios longitudinales prospectivos como los retrospectivos señalan que la
dislexia es un trastorno crónico y persistente, más que un retraso transitorio
durante el desarrollo. Aunque los lectores disléxicos y deficientes mantienen
sus posiciones relativas a lo largo de la distribución de la capacidad lectora,
los abordajes que emplean intervenciones focalizadas, precoces e intensivas han
aportado indicios de que estas tendencias
PATOGENIA
¿Como reconocer los síntomas?
Las dificultades para la
descodificación y el reconocimiento de palabras varían dependiendo de la edad y
el nivel de desarrollo. Los signos cardinales de dislexia observados en los
niños en edad escolar y los adultos constituyen un planteamiento laborioso para
la descodificación, el reconocimiento de palabras y la lectura de textos. La
comprensión lectora suele ser buena. Los niños mayores mejoran la exactitud de
la lectura a lo largo del tiempo, aunque sin presentar mejorías proporcionales
en cuanto a fluidez lectora, ya que siguen siendo lectores lentos. Las
dificultades a la hora de deletrear reflejan típicamente las dificultades
fonológicas observadas en la lectura oral. Con frecuencia, la presencia de
antecedentes en los padres ayuda a identificar dificultades del lenguaje
sutiles y precoces en los niños disléxicos.
Los niños con factores de
riesgo presentan dificultades en los juegos de rimas y en el aprendizaje de los
nombres de las letras y los números durante los años de guardería y preescolar.
Las valoraciones realizadas en la guardería de estas habilidades lingüísticas
son muy predictivas de las posteriores habilidades lectoras. Con frecuencia,
también los padres informan de que, aunque sus hijos disfrutan cuando se les
lee, se resisten a leer en voz alta ante ellos o a hacerlo de forma
independiente. La dislexia puede coexistir con un trastorno por hiperactividad
con déficit de atención Aunque esta comorbilidad se ha documentado tanto en
muestras derivadas (40% de comorbilidad) como no derivadas (15% de
comorbilidad), los 2 trastornos son diferentes.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de la dislexia requiere una perspectiva que
abarque todo el ciclo vital; al principio, se centra en solucionar el problema
de lectura. La aplicación del conocimiento acerca de la importancia de las
habilidades tempranas del lenguaje y fonológicas puede dar lugar a una mejoría
significativa de la lectura de los niños, incluso en niños predispuestos. Según
el niño madura y se introduce en el entorno más exigente en tiempo de la
enseñanza secundaria, el énfasis se traslada al papel importante de
proporcionar adaptaciones. Basándose en los trabajos del National Reading
Panel, se han identificado métodos y programas de intervención en la lectura
basados en evidencias. Los programas eficaces de intervención aportan una
formación sistemática en 5 áreas principales: conciencia fonémica, fonética,
fluidez, vocabulario y estrategias de comprensión. Estos programas también
proporcionan muchas oportunidades para escribir, leer y hablar acerca de
literatura. Las técnicas de imagen cerebrales proporcionan signos de
reorganización tras una intervención efectiva, basada en evidencias. Al tomar
cada uno de los componentes del proceso de lectura de uno en uno, las
intervenciones eficaces mejoran la conciencia
fonémica: la
capacidad para concentrarse en fonemas (sonidos del discurso) y manipularlos en
las sílabas y las palabras habladas. Entre los elementos que se han
encontrado que son más eficaces para mejorar la conciencia fonémica, la lectura
y el deletreo figuran el enseñar a los niños a manipular los fonemas con
letras, centrar la enseñanza en la manipulación de 1 o 2 tipos de fonemas
en vez de en múltiples tipos y enseñar a los niños en grupos pequeños. La
formación en conciencia fonémica es necesaria, pero no suficiente, para enseñar
a los niños a leer. Entre los programas de intervenciones eficaces cabe citar
los de enseñanza fonética, es decir, los que se aseguran de que el lector que
está empezando comprende cómo se relacionan las letras con los sonidos
(fonemas) para formar correspondencias letra-sonido y patrones ortográficos. La
formación debe ser explícita y sistemática; la formación fonética aumenta el
éxito del niño al aprender a leer y la formación fonética sistemática es más
eficaz que la que enseña una fonética escasa o nula, de una forma poco
sistemática o sólo cuando surge el tema.
La fluidez posee una importancia
fundamental porque permite el reconocimiento automático, sin prestar atención,
de las palabras, permitiendo de este modo que estos recursos de atención se
centren en la comprensión. Aunque suele reconocerse que la fluidez es un
componente importante de la habilidad lectora, a menudo se descuida en la
clase. El método más eficaz para conseguir una lectura fluida es una técnica
denominada lectura
oral repetida guiada, en
la que el profesor realiza una lectura en voz alta y el estudiante vuelve a
leer repetidamente la misma lectura al profesor, a otro adulto o a un
compañero, siendo corregido hasta que es capaz de leer el texto correctamente.
Los datos indican que la lectura oral guiada repetida posee un efecto positivo
claro sobre el reconocimiento de palabras, la fluidez y la comprensión en
diferentes niveles en todos los estudiantes buenos lectores, así como en aquellos
que presentan dificultades para la lectura. Los datos son menos claros para los
programas dirigidos a personas con problemas de lectura que estimulan la
lectura independiente de textos largos, es decir, la lectura en voz baja sin
ninguna corrección al estudiante. Por tanto, aunque la lectura independiente en
voz baja pueda ser intuitivamente atractiva, en la actualidad los datos que
apoyen la noción de que en los lectores con problemas mejore la fluidez de la
lectura son insuficientes.
A diferencia de la enseñanza
de la conciencia fonémica, la fonética y la fluidez, las intervenciones de la
comprensión lectora no están tan bien establecidas. Los métodos más efectivos
para enseñar la comprensión lectora consisten en la enseñanza de vocabulario y
estrategias que estimulen la interacción activa entre el lector y el texto.
El tratamiento de la dislexia
en estudiantes de instituto y universitarios se suele basar más en ayudar que
en remediar. Los universitarios con antecedentes durante la infancia de
dislexia precisan un tiempo extra para las tareas de lectura y escritas, así
como para los exámenes.
Muchos estudiantes
adolescentes y adultos han sido capaces de mejorar su exactitud de lectura,
aunque sin lograr mejorías similares en la velocidad de lectura. Otras ayudas
que resultan útiles son los ordenadores portátiles con correctores
ortográficos, las grabadoras en clase, los libros grabados, el acceso a los
apuntes de las clases, los servicios de tutoría, alternativas a los test de
elección múltiple y una habitación independiente y tranquila para realizar los
exámenes.