Mañana viernes es el Día mundial de la Sonrisa. Quiero adelantarme y mostraros este precioso cuento infantil que leí y me gustó.
Una mañana, Patricia se despertó asustada por un
sueño que había tenido. Soñó que a todas las personas que conocía se les había borrado la
sonrisa.
Estaba rodeada de gente muy
triste, con caras alargadas, con el ceño fruncido, con rostros llenos de amargura, cosa que no le agradó nada.
Hasta su mamá, que era muy alegre y siempre tenía un
chiste para compartir, sólo gritaba y mostraba
mal humor.
De igual manera su padre y
hermano; por no hablar de la
maestra, que tenía un rostro de estatua, y sus compañeros de
clase, quienes ni con una broma reían.
Esto angustió mucho a Patricia, ya que siempre pensaba que la sonrisa
era la forma natural de comunicarse para entender al amigo, al hermano y
a los
padres.
Esto lo pensaba debido a que sus mejores ratos los había vivido
cuando todos los miembros de la familia se reían, y sabía lo importante
que era ese pequeño gesto para mantenerse unidos y comunicarse.
Patricia cada vez se sentía más sola e incomprendida, nadie reía a su
alrededor e incluso ella llegó a dejar de sonreír y comenzó a llorar,
temiendo que nunca volvería a ver feliz a nadie.
Pero llegó al punto de que el susto invadió todo su cuerpo y de
repente se despertó. Se dio cuenta de que estaba en su cama, a salvo, y
dijo: "Menos mal que sólo fue un sueño".
En ese momento su mamá llegó a la cama con el
desayuno y una tremenda sonrisa, dándole un beso y diciéndole que el día hay que empezarlo
feliz.
FIN