Erik Vogler es un
personaje muy singular y divertido que no crece solo, como en las buenas
historias: su abuela Berta y un chico de su edad, Albert Zimmer, complementan y
equilibran los perfiles humanos y las inquietantes situaciones del mundo Vogler.
El jovencito quinceañero se ve envuelto en misteriosos casos
donde siempre hay algún asesinato y en los que el protagonista, sin ninguna
intención, se encuentra implicado en los hechos y en la resolución del caso.
Las inquietantes situaciones provocadas por muertes en
extrañas circunstancias que irán descubriéndose, vienen curiosamente salpicadas
por un humor muy fino, en ocasiones pura ironía, que por una parte revelan la
inteligencia de Erik y por otra, las ganas de la autora de ponerle en
situaciones límites y ridículas para arrancar unas risas.
Iban Barrenetxea ha ilustrado la cubierta de las tres
publicaciones, y en las tres, el protagonista y una calavera hábilmente situada
junto a un objeto, nos empuja hacia la historia.
Con Erik Vogler se adentra completamente en el suspense y el thriller,
provocando a los jóvenes lectores con emociones que tanto les gustan: el miedo,
la intriga y la tensión.
Las historias nos tienen el alma en
vilo porque no faltan los sustos, las persecuciones, el acecho de mil y un
peligros a los protagonistas, que tratan de salvar sus vidas y al mismo tiempo
investigando hasta dar con la solución del caso.