Además me servirá como homenaje a un pueblo, a un
colegio, a unos compañeros y a unos alumnos espectaculares.
Llegue a principios de curso, como siempre que
llegas a un sitio nuevo, con expectativas y nervios (¿Qué cursos daré? ¿Qué
ambiente de trabajo habrá?) En fin mil preguntas que te haces como interino
siempre que llegas a un sitio nuevo.
Me presentaron a todos mis compañeros y compañeras y
daría clases a todos los cursos y eso ya me encantó. Me gusta disfrutar,
aprender y trabajar con todos los cursos y edades, aprendo y disfruto a todos
los niveles y eso no tiene precio. La verdad que hoy día tener trabajo y encima
que te guste es una lotería y a mí me toco no en diciembre sino en septiembre,
al llegar a Almoharín.
Los primeros días fueron pasando y cada vez me
encontraba mejor con los compañeros y con los niños, los iba conociendo y eso
ayuda en el día a día. Ahora miro para atrás y se me ha pasado el trimestre
volando. Ha sido un lujo y un placer trabajar en el centro.
Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias al
equipo directivo por las facilidades que siempre me han dado a la hora de
trabajar y como no, a todos y cada uno de mis compañeros y compañeras, aunque
ha sido poco tiempo, de todos he aprendido, todos tenemos nuestras cosas y
peculiaridades, pero todos me han mostrado su apoyo, cariño y compañerismo.
GRACIAS.
No puedo olvidarme de los verdaderos protagonistas
de nuestra historia diaria, los niños y niñas del colegio, era un verdadero
placer abrir cada puerta y ver sus caritas para irnos al gimnasio o la pista.
Les echare de menos.
Almoharín, para mí, ya no solo será “el pueblo de
los higos” sino que será un lugar entrañable y que recordare siempre.
Desde las 8:40 que saludaba a Marcos, el conserje,
ya me sentía como en casa y luego con los compañeros y alumnos, el día, por una
cosa o por otra, se hacía especial.
Ha sido un verdadero placer trabajar en el centro.
Un
saludo de vuestro compañero y amigo, José Ramón.