Con el tema de este año “El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también”, nos invita a pensar en un tema que ya podemos percibir directamente. No es “algo que va a ocurrir”, el cambio climático ya se ha hecho presente en nuestras vidas.
El llamamiento a un consumo sostenible,
organizado, que respete el medio ambiente y que nos haga ser
conscientes del crecimiento de la población, son solo unos pequeños
factores en los que es conveniente detenernos a pensar.
Por supuesto debemos participar en el consumo responsable,
tanto de productos primarios como en la planificación de las
elaboraciones. A nivel doméstico podemos hacer mucho, organizar el menú
de la semana no solo nos ofrece ventajas de una planificación económica,
nutricionalmente nuestra dieta será más variada de manera que
procuremos incluir distintos alimentos a lo largo de la semana. De este
modo también podremos organizar la producción, aprovechando los
productos de la compra y así evitar el desecho de productos y alimentos
que pueden quedar al fondo de la nevera.
Ni que decir tiene que a nivel
profesional, donde los costes son medidos al milímetro, también debemos
pensar una producción organizada con la previsión de las ventas. Sin
duda es una ventaja para aprovechar productos de temporada,
elaborar, conservar y servir los platos en tiempo y forma con la mínima
merma de elaboraciones terminadas que se tengan que desechar por sobre
producción. Esto juega a nuestro favor para fomentar un producción
sostenible.
Es una buena oportunidad para cambiar ciertos hábitos de alimentación,
apostar por una alimentación sostenible, en la que no solo procuremos
el consumo de alimentos más sanos, también aprovecharlos correctamente.