Siete Miradas Pequeñas, pequeñas por ser miradas de niños y niñas, de ojos chicos pero que ven el mundo sin las fronteras cercanas o lejanas, materiales o emocionales, que los adultos construimos. Siete colores para siete grandes cosas que no hemos de olvidar, para saltar esas barreras que nos imponemos, que nos paralizan y nos impiden crecer y aprender.
¿Es un libro para niños y niñas?. Pues… pienso que no, que es también lectura recomendable para los mayores, que llevamos, a veces, nuestra mochila y nuestra mirada cargada de prejuicios, de ideas preconcebidas, que no admitimos otras visiones distintas de la realidad, que no damos oportunidades a quienes no son “iguales”, o no son “normales” (¿qué persona es igual a otra? ¿Qué es la normalidad?), que nos movemos por entornos extraños con rigidez y molestia, perdiendo oportunidades de aprender, o dejamos que otros nos digan como tenemos que ser y estar.
Quizás algunas personas mayores enrojezcamos al leer este libro, “pues eso lo hago yo”. Bien está, porque entonces además de leídas, las pequeñas miradas, serán comprendidas y servirán para hacernos mejores